Ir al contenido principal

Los 80 en vena

Las hombreras.
Rafio Futura.
Fumar sin culpabilidad.
Aguantar dieciocho horas con las lentillas puestas.
Bailar pegados y despegados.
La Paloma.
Muebles de pino.
Los abanicos de Locomía.
Aprender a conducir cascando el embrague.
Menta con limón en La Choza.
Conciertos en Can Boixeres pagados por el Ayuntamiento.
"Yo no me llamo Javier" en la caseta municipal de Rute.
Hacer la limpieza a ritmo de Aute (y tardar el doble).
Jerseys hechos a mano.
Ganar el primer sueldo.
Gastar el primer sueldo.
Ser hija a tiempo completo.
No votar.
Votar.
Las Alpujarras en un verano inolvidable..
La playa en top-less.
Las sevillanas en el pueblo.
Pasar de novio y llamarle marido.

Los 80 fueron nuestros. Disfrutemos recordándolos.

(Imagen: d-shopping.net)

Comentarios

  1. Y, qué decir tiene, el paso por la Universidad,
    pero mereció la pena que se nos quedara "en vena".
    Bsts.

    ResponderEliminar
  2. ¿Has abierto los enlaces? ¡Me lo he pasado bomba buscando canciones! ¡Desconexión total!

    ResponderEliminar
  3. He disfrutado de una tarde de plancha con esta música de fondo. Con la mayoría de ellas recordaba mis 80, nuestros 80. ¡Cuántos buenos recuerdos vividos casi a la par!
    Los recuerdos, esas joyas que nos pertenencen para siempre.
    Ya sabes que a mí me gusta planchar (lo digo sin ironía).
    Bsts.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va...

" Dime, Niño, de quién eres   todo vestido de blanco.  Soy de la Virgen María  y del Espíritu Santo.  Resuenen con alegría  los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena.  La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va.  Y nosotros nos iremos,  y no volveremos más.  Dime Niño de quién eres y si te llamas Jesús.  Soy de amor en el pesebre  y sufrimiento en la Cruz.  Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena". Poníamos boca abajo el cajón en el que nos había llegado la matanza del pueblo y lo arrimábamos a la pared. Colocábamos con chinchetas en la pared un papel azul oscuro con estrellas, una de ellas con cola brillante. Echábamos viruta marrón, viruta verde... Poníamos un río y un laguito con papel de plata. En un esquina, el pesebre con la mula, el buey, San José, la Virgen y el Niño. En ...

Crónica de la excepción. Día 70

Ayer, 20 de mayo, James Stewart hubiera cumplido años. Nuestra infancia y juventud lo tuvo siempre presente.  En una época en la cual solo había una televisión y los barrios estaban llenos de cines de reestreno y programa doble, no era difícil encontrarse con sus gestos dubitativos y su peculiar voz (cosas del doblaje) casi cada semana.  Sus películas se reponían —alguna, como Qué bello es vivir , era un clásico navideño— y nos era tan cercano como los compatriotas que llenaban las novelas de media tarde o los Estudio 1. Pero esta entrada va de una pequeñísima parte de lo acontecido en su vida y que tiene que ver con otro grande del cine norteamericano, Henry Fonda. Ambos eran amigos, en ese grado en el cual la amistad pasa a ser casi un lazo de sangre. Eso, a pesar de las grandes diferencias que había entre ambos. La mayor de todas, quizá, sus tendencias políticas. Fonda era de izquierdas y Stewart, muy conservador. Su vida discurría paralela hasta que,...

Deseos de fin de año

En esta tesitura del fin de año, todos nos tomamos un tiempo para pedir deseos -para nosotros y para aquellos a quienes queremos- y las listas, sorprendentemente, son coincidentes y contienen tres o cuatro cosas en las que nos ponemos de acuerdo, como por arte de magia, después de todo un año de desencuentros públicos o privados. Mis deseos para el dos mil veinticinco son sencillos y se resumen en tener, ni más ni menos, lo que tenía en esa fotografía tomada una soleada mañana en la galería de mi casa de Miguel Romeu. Y que era, a saber: La salud despreocupada de quien tiene un cuerpo que funciona cada día sin mandar señales. La alegría genuina y el entusiasmo ante lo venidero sin el velo sucio que le ponen las consideraciones negativas. La pasión frente a lo que se hace en cada instante, sin rumiar sobre el momento que pasó o sobre el venidero. La certeza de ser querida porque sí, sin condiciones, porque a eso se viene al mundo. La conformidad con los días y sus afanes y la capacidad ...