Porque es más fácil y más grato.
Porque nos conforta.
Yo confío porque creo todavía en la buena gente. Yo confío en que vendrán tiempos mejores.
Porque nos hace dormir de un tirón. Porque nos provoca sonrisas y alivia dolores.
Yo confío en que pueda aferrarme siempre a una mano querida. Yo confío en que me llegará un abrazo cuando más lo necesito. Yo confío en que habrá soluciones para el problema más terrible.
Confío en quien me ama y en quien dice que me ama. Confío en los que me sonríen y en los que se escudan en el silencio.
Yo confío por mí y por mi futuro. Confío porque me asusta el recelo, la distancia, la inseguridad. Confío en sanar las heridas, en difuminar las cicatrices, en llegar a la paz.
Porque el corazón se apacigua en la confianza, el pulso se aquieta, la respiración se acompasa. Porque confiando me defiendo de los fantasmas, me libro de los temores, acallo las dudas.
Confío contra viento y marea.
Confío un martes cuando el lunes he caído.
Confío para que confíen en mí. Para que siempre me quieran y me busquen.
Confío cuando el viento me sopla al oído, al sol, en el atardecer, en la penumbra y en la luz.
A veces confío en el mismo instante de secarme una lágrima, un segundo después de tirar la toalla, un minuto después de darme por vencida.
Porque cruzamos esta vida por ser confiados y en el balance final solo la suma de nuestras confianzas nos habrá dado los mejores instantes.
Confío en que hago bien si sigo confiando. Confío.
Imagen: undiamejor.com
Porque nos conforta.
Yo confío porque creo todavía en la buena gente. Yo confío en que vendrán tiempos mejores.
Porque nos hace dormir de un tirón. Porque nos provoca sonrisas y alivia dolores.
Yo confío en que pueda aferrarme siempre a una mano querida. Yo confío en que me llegará un abrazo cuando más lo necesito. Yo confío en que habrá soluciones para el problema más terrible.
Confío en quien me ama y en quien dice que me ama. Confío en los que me sonríen y en los que se escudan en el silencio.
Yo confío por mí y por mi futuro. Confío porque me asusta el recelo, la distancia, la inseguridad. Confío en sanar las heridas, en difuminar las cicatrices, en llegar a la paz.
Porque el corazón se apacigua en la confianza, el pulso se aquieta, la respiración se acompasa. Porque confiando me defiendo de los fantasmas, me libro de los temores, acallo las dudas.
Confío contra viento y marea.
Confío un martes cuando el lunes he caído.
Confío para que confíen en mí. Para que siempre me quieran y me busquen.
Confío cuando el viento me sopla al oído, al sol, en el atardecer, en la penumbra y en la luz.
A veces confío en el mismo instante de secarme una lágrima, un segundo después de tirar la toalla, un minuto después de darme por vencida.
Porque cruzamos esta vida por ser confiados y en el balance final solo la suma de nuestras confianzas nos habrá dado los mejores instantes.
Confío en que hago bien si sigo confiando. Confío.
Imagen: undiamejor.com
Buena filosofía,
ResponderEliminarPorque no puede ser de otro modo.
Por salud.
Por bienestar.
Quizás también por certera.
Un beso.
Sí, ¡ejem! Esta es la teoría. La práctica se hace, a veces, muy cuesta arriba.
ResponderEliminarPero en ello estamos.
Un abrazo.
CONFIO EN TI.
ResponderEliminarCon mayúsculas. Tiene que ser una confianza muy grande, ¿no?
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