La estás peinando. Unas coletitas. Un poquito de colonia. Te la echas en la mano y se la pasas por el vestidito y el pelo.
La abrazas y sientes su pequeño corazón latiendo contra el tuyo. Te descubres sintiendo lo mismo que ella. Un poco de miedo ante lo nuevo. Ya no la esperan la pequeña escuela del año pasado ni sus maestras, tan cercanas. Algunos de los antiguos compañeros ya no la acompañarán en sus juegos. Caras nuevas. Un nuevo maestro. Muchos más amigos a su lado.
Le colocas su bolsa. Se la has hecho de colores. Alegre como ella. Su mano se pierde en la tuya. Es tan pequeña y a la vez ¡ha crecido tanto! Ya no cabe como antes entre tus brazos. A veces, cuando se cansa y el sueño la vence, te la colocas en la cadera. Sus brazos en tu hombros. Su cabecita en el hueco de tu cuello.
Huele a ternura, huele a infancia y a luz. Huele a futuro.
Y entras por la puerta de la escuela. Ella calla, pero su mano te aprieta más que nunca. La adelantas con un suave empujoncito cuando llegas a la clase. Adelante, pequeña, aquí vas a pasar tantas horas, vas a tener tantas experiencias... Adelante, la vida te ayudará en tu camino.
Y te vas con el corazón encogido. Deseas más que nada que llegue la tarde. Que se eche en tus brazos. Quéhashecho, quéhasdicho, quéhascomido, cómosellamantusnuevosamigos, tegustaelprofe, enséñametusdibujos...
Y hoy te has despertado y tu pequeña ya no está en la cama. Hay una niña hermosa camino de ser una mujer. Acercas tu nariz a sus mejillas. Huele a ternura, huele a infancia y a luz. Huele a futuro.
Tu niña partió para siempre y te ha dejado esta promesa a la que te agarras. Ahora es tu mano la que se pierde en la tuya. Ahora es ella la que debe darte un suave empujoncito. Adelante, la vida te ayudará en tu camino.
Imagen: fotografía familiar. 15 de febrero de 2014
La abrazas y sientes su pequeño corazón latiendo contra el tuyo. Te descubres sintiendo lo mismo que ella. Un poco de miedo ante lo nuevo. Ya no la esperan la pequeña escuela del año pasado ni sus maestras, tan cercanas. Algunos de los antiguos compañeros ya no la acompañarán en sus juegos. Caras nuevas. Un nuevo maestro. Muchos más amigos a su lado.
Le colocas su bolsa. Se la has hecho de colores. Alegre como ella. Su mano se pierde en la tuya. Es tan pequeña y a la vez ¡ha crecido tanto! Ya no cabe como antes entre tus brazos. A veces, cuando se cansa y el sueño la vence, te la colocas en la cadera. Sus brazos en tu hombros. Su cabecita en el hueco de tu cuello.
Huele a ternura, huele a infancia y a luz. Huele a futuro.
Y entras por la puerta de la escuela. Ella calla, pero su mano te aprieta más que nunca. La adelantas con un suave empujoncito cuando llegas a la clase. Adelante, pequeña, aquí vas a pasar tantas horas, vas a tener tantas experiencias... Adelante, la vida te ayudará en tu camino.
Y te vas con el corazón encogido. Deseas más que nada que llegue la tarde. Que se eche en tus brazos. Quéhashecho, quéhasdicho, quéhascomido, cómosellamantusnuevosamigos, tegustaelprofe, enséñametusdibujos...
Y hoy te has despertado y tu pequeña ya no está en la cama. Hay una niña hermosa camino de ser una mujer. Acercas tu nariz a sus mejillas. Huele a ternura, huele a infancia y a luz. Huele a futuro.
Tu niña partió para siempre y te ha dejado esta promesa a la que te agarras. Ahora es tu mano la que se pierde en la tuya. Ahora es ella la que debe darte un suave empujoncito. Adelante, la vida te ayudará en tu camino.
Imagen: fotografía familiar. 15 de febrero de 2014
Adelane pues. Qua la vida la ayude y nos alumbre el camino.
ResponderEliminarFelicidades por el inicio de una nueva etapa.
Besos