Ir al contenido principal

Elogio de la amistad (con permiso de Tahar Ben Jelloun) o Paqui, la amiga

Sentada en esta orilla, el agua me acerca gentes que ahora vienen, ahora van.
Unos prometían; otros eran sospechosos desde que llegaron; otros, valiendo mucho, se vieron arrastrados sin freno lejos de mí.

A mi alrededor atesoro lo que entre todos me dejaron: favores, besos, espacios y tiempos compartidos, traiciones, mezquindades, sorpresas, alegrías genuinas, risas sin medida, proyectos y ambiciones, sueños logrados o echados a perder, lisonjas, bajezas, calmas, tormentas...
De lo bueno y lo malo estoy hecha. Construida a imagen y semejanza. Forjada en la experiencia.

Y sentados viendo este atardecer sin vuelta atrás, casi con mis mismos ojos, un puñado de personas -pequeñito, como deber ser; escogido, como debe ser- me escuchan cuando hablo, me entienden cuando callo, me arropan cuando lloro, me siguen cuando río.

Mi mano traza un caminito en la arena y toca levemente la suya. Una mirada de reojo y nos sorprendemos ambas mirando al mismo punto. Dos alumnas con ansias de saber; dos maestras sin pretensiones; dos madres sin medida; dos mujeres con sueños; dos brujas sin escoba...
Anclada a lo que fui, volandera a lo que seré. Así me siento a su lado y así se lo digo.

Para Paqui, por si no quedaba claro.

Imágenes: fotografías personales de ambas protagonistas. Desde los 60 hasta la actualidad.
Título: tomado prestado con permiso de Tahar Ben Jelloun.

Comentarios

  1. Buenas
    He hecho "el esfuerzo" de entrar en mi blog para que salga mi foto. Esfuerzo, porque lo tengo olvidado no por no tener nada que escribir sino por que mi necesidad actual de silencio.

    Esto... a lo que vamos (como bien dice el autor de los "bocadillos"). Que una entrada como esta merece comentarios en todos los soportes.
    Me siento muy orgullosa de ser esa brujilla amiga con la que compartir y respetar silencios y sonidos, ideas y despropósitos, andanzas y porvenires.
    Una herencia de las buenas.
    TQM

    ResponderEliminar
  2. Para mi escoba y para mí, siempre cristalino. No ha lugar a dudas.
    Bsts

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va...

" Dime, Niño, de quién eres   todo vestido de blanco.  Soy de la Virgen María  y del Espíritu Santo.  Resuenen con alegría  los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena.  La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va.  Y nosotros nos iremos,  y no volveremos más.  Dime Niño de quién eres y si te llamas Jesús.  Soy de amor en el pesebre  y sufrimiento en la Cruz.  Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena". Poníamos boca abajo el cajón en el que nos había llegado la matanza del pueblo y lo arrimábamos a la pared. Colocábamos con chinchetas en la pared un papel azul oscuro con estrellas, una de ellas con cola brillante. Echábamos viruta marrón, viruta verde... Poníamos un río y un laguito con papel de plata. En un esquina, el pesebre con la mula, el buey, San José, la Virgen y el Niño. En lo alto, un ángel.  Mi padre le había hecho un agujero al portal de

Adiós a una mujer buena

De todas las personas que he conocido, a nadie como a Ana Mari la definían menos sus poses y sus gestos en las fotografías. Ese tema era objeto de comentarios divertidos y cariñosos cada vez que repasábamos un álbum: vaya cara, qué pose, jajajajaja ...  Porque Ana Mari era, a pesar de ese aspecto intimidante que, no sabemos el porqué, retrataban las fotos -y como decía Machado-  en el buen sentido de la palabra, buena .  Buena con los suyos y con los ajenos. Buena en el trato, en la palabra, en el hecho y en la omisión. Buena por carácter y convicción. Buena de corazón. Olvidaré los últimos días, y su imagen frágil y delicada, porque esa persona que se acababa ya no era ella. Y, por ello, la recordaré por siempre toda energía y fortaleza. La recordaré entre los fogones, haciéndole a cada uno lo que más le gustaba. La recordaré descalza, en la terraza, regando con brío sus esplendorosas macetas. La recordaré diciendo hijomíoooo , como el máximo y único reproche que se permitía hacer cua

Un solo, y completo, deseo

Viajamos en una nave que completa hoy su trayecto alrededor del sol, cerrando así un ciclo de vida. Cuando lleguen las doce y las campanadas den fe del cambio de año, entre los gestos rituales de las uvas, el cava y las sonrisas, hemos de sacar unos segundos para pedir deseos para nosotros y para aquellos que apreciamos y que pueblan nuestro mundo.  Es difícil elegir algo de entre todo lo que nos falta o de entre todo lo que se tiene y se quiere conservar. Solemos resumirlo precipitadamente en salud y que el año que se inicia sea mejor que el anterior. Algunos se aventuran a pedir que se cumpla un sueño que llevan largo tiempo acariciando. Los más conformistas piden quedarse como están. Los perezosos hacen suyos los deseos comunes y piden paz y alegría en el mundo, como si eso no dependiera de que se cumplan miles de anhelos previos. Hay quien esconde deseos, demasiado arriesgados para nombrarlos, y espera que se cumplan mágicamente solo por no decirlos en voz alta. Esperan que este qu