Sentada en esta orilla, el agua me acerca gentes que ahora vienen, ahora van.
Unos prometían; otros eran sospechosos desde que llegaron; otros, valiendo mucho, se vieron arrastrados sin freno lejos de mí.
A mi alrededor atesoro lo que entre todos me dejaron: favores, besos, espacios y tiempos compartidos, traiciones, mezquindades, sorpresas, alegrías genuinas, risas sin medida, proyectos y ambiciones, sueños logrados o echados a perder, lisonjas, bajezas, calmas, tormentas...
De lo bueno y lo malo estoy hecha. Construida a imagen y semejanza. Forjada en la experiencia.
Y sentados viendo este atardecer sin vuelta atrás, casi con mis mismos ojos, un puñado de personas -pequeñito, como deber ser; escogido, como debe ser- me escuchan cuando hablo, me entienden cuando callo, me arropan cuando lloro, me siguen cuando río.
Mi mano traza un caminito en la arena y toca levemente la suya. Una mirada de reojo y nos sorprendemos ambas mirando al mismo punto. Dos alumnas con ansias de saber; dos maestras sin pretensiones; dos madres sin medida; dos mujeres con sueños; dos brujas sin escoba...
Anclada a lo que fui, volandera a lo que seré. Así me siento a su lado y así se lo digo.
Para Paqui, por si no quedaba claro.
Imágenes: fotografías personales de ambas protagonistas. Desde los 60 hasta la actualidad.
Título: tomado prestado con permiso de Tahar Ben Jelloun.
Unos prometían; otros eran sospechosos desde que llegaron; otros, valiendo mucho, se vieron arrastrados sin freno lejos de mí.
A mi alrededor atesoro lo que entre todos me dejaron: favores, besos, espacios y tiempos compartidos, traiciones, mezquindades, sorpresas, alegrías genuinas, risas sin medida, proyectos y ambiciones, sueños logrados o echados a perder, lisonjas, bajezas, calmas, tormentas...
De lo bueno y lo malo estoy hecha. Construida a imagen y semejanza. Forjada en la experiencia.
Y sentados viendo este atardecer sin vuelta atrás, casi con mis mismos ojos, un puñado de personas -pequeñito, como deber ser; escogido, como debe ser- me escuchan cuando hablo, me entienden cuando callo, me arropan cuando lloro, me siguen cuando río.
Mi mano traza un caminito en la arena y toca levemente la suya. Una mirada de reojo y nos sorprendemos ambas mirando al mismo punto. Dos alumnas con ansias de saber; dos maestras sin pretensiones; dos madres sin medida; dos mujeres con sueños; dos brujas sin escoba...
Anclada a lo que fui, volandera a lo que seré. Así me siento a su lado y así se lo digo.
Para Paqui, por si no quedaba claro.
Imágenes: fotografías personales de ambas protagonistas. Desde los 60 hasta la actualidad.
Título: tomado prestado con permiso de Tahar Ben Jelloun.
Buenas
ResponderEliminarHe hecho "el esfuerzo" de entrar en mi blog para que salga mi foto. Esfuerzo, porque lo tengo olvidado no por no tener nada que escribir sino por que mi necesidad actual de silencio.
Esto... a lo que vamos (como bien dice el autor de los "bocadillos"). Que una entrada como esta merece comentarios en todos los soportes.
Me siento muy orgullosa de ser esa brujilla amiga con la que compartir y respetar silencios y sonidos, ideas y despropósitos, andanzas y porvenires.
Una herencia de las buenas.
TQM
Para mi escoba y para mí, siempre cristalino. No ha lugar a dudas.
ResponderEliminarBsts