Y abrió el face y no lo encontró.
Y, en su desesperación, solo halló consuelo en el ripio melancólico.
El contenido no está disponible.
Es un verso perfecto de soneto.
Cargado de metralla está repleto
y hiela el corazón; verso terrible.
Las palabras y voces que han callado
son murmullos ya solo en mi cabeza.
Las antenas, que mueren de pereza,
me niegan alimento enamorado.
Se cortan los caminos y los pasos,
se sellan las salidas y las vías,
se rechazan los últimos abrazos,
se niega que dijiste que morías.
Y hiere el corazón, con un zarpazo;
sentencia de la vil tecnología.
Y, en su desesperación, solo halló consuelo en el ripio melancólico.
El contenido no está disponible.
Es un verso perfecto de soneto.
Cargado de metralla está repleto
y hiela el corazón; verso terrible.
Las palabras y voces que han callado
son murmullos ya solo en mi cabeza.
Las antenas, que mueren de pereza,
me niegan alimento enamorado.
Se cortan los caminos y los pasos,
se sellan las salidas y las vías,
se rechazan los últimos abrazos,
se niega que dijiste que morías.
Y hiere el corazón, con un zarpazo;
sentencia de la vil tecnología.
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