La nueva normalidad incluía seguir siendo los mismos.
Acosar al diferente.
Reinventar el lenguaje y llamar exitus a los muertos.
Cortar las calles: yo por mis razones y tú por las tuyas.
Culpar a los otros y cerrar los ojos a los errores.
Recurrir a la contradicción si mi vida y mis privilegios así lo requieren.
Propalar mentiras como si fueran noticias y ocultar noticias como si fueran mentiras.
Vivir por los intereses personales y obviar los que me son molestos.
Ocupar los espacios propios y ajenos.
Saltarse las normas si no me favorecen.
Dejar de aplaudir y empezar a abuchear.
Creerse mejores.
Creerse inmortales.
La normalidad, ya sin adjetivos, era más de lo mismo, pero con mascarilla.
Fotografía: la nueva normalidad, como nosotros, en blanco y negro.10:50.
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