Yo he visto cosas que no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.
He visto el Teleprograma, el cobrador de los muertos, las cabinas de teléfonos, los butaneros del país, el Tang de naranja y limón, la Mirinda, los calcetines con borlas, la medalla de la madre (dar mucho, recibir poco), las estampas para el aguinaldo, las porterías sin telefonillo, los cromos en los chocolates, los Pulgarcitos, los tebeos apaisados, los cascos retornables, los autobuses con cobrador, las neveras de hielo, los pasos a nivel, las enaguas y los cancanes, las piruletas a peseta, la tele en blanco y negro, las pipas de Popeye, los yoyós, las pesetas de papel, los dos reales con agujero, las antenas de cuernos, la carta de ajuste, las lecherías, los bares con cáscaras de gambas, el cine de sesión continua, el Nodo, Franco inaugurando pantanos, los trenes con compartimentos, la guardia civil con capote, el anuncio de Nitrato de Chile, las tabernas de carretera, las maletas con cuerdas, las redes portaequipajes, los mil quinientos, los billetes verdes, los muñecos de Comansi, los grises, los patines de metal, los teléfonos de disco, bendecir las palmas, los secadores de casco, los comediscos, las Vespino, los escapularios, las perlas de Marjorica, los hombres con el transistor en la oreja, los Chiripitifláuticos, las películas de Manolo Escobar, las bailaoras encima de la tele, las vajillas de Duralex, los cupones del Ahorro del Hogar, los guardias urbanos con casco blanco, los telegramas, los botijos, las cartillas de ahorro escritas a mano, las postales del verano, la quina San Clemente, el Optalidón, los platos de peltre, la leche condensada, las pilas de lavar, los banderines de recuerdo, las bolsas de agua caliente, las estufas de petróleo, los teléfonos góndola, las sandalias de plástico, el Flag golosina, los tunos, las jeringuillas esterilizables, la brocha de afeitar, las medias suelas, los pantalones cortos de los futbolistas, las máquinas de discos, los billares, los pubs hawaianos, los dos caballos, los trenes con chimenea, las terrazas de los aeropuertos, la Hoja del Lunes, los suelos con nogalina, el kilométrico, Uri Geller, los churros ensartados en juncos, los bocadillos en papel de periódico, la UHF, el Bimbó, los Juegos Reunidos Geyper, Maguila Gorila, el papel de El Elefante, el Virginiano y Bonanza, los campos sin tractores, las calles empedradas, las casas sin agua corriente, los barreños de zinc, las cámaras de carrete, las máquinas de escribir con carro, los toboganes sin protección, los braseros, los prospectos en el cine, las balanzas con pesas, los bolis de cuatro colores, las sillas de enea, los cromos de picar, las mariposillas de aceite, las virgencitas de Lourdes fosforescentes, el Okal, la colonia Tabú, los estuches de madera, las hueveras de alambre, los mecheros de yesca, los Celtas Cortos, los reclutas, el flit, el Estudio 1, las perillas de la luz, el Lalalá, los colchones de panochas, el detergente Tu-tú, Mariano Medina, el helicóptero de Tulipán, las combas, los limpiabotas, la Avenida de la Luz, Galerías Preciados, el jabón Lux, Flipper, los lavaderos públicos, la gente de luto, los velatorios en las casas, Crónicas de un pueblo, el Simca 1000, bailar la Yenka...
...gente sin mascarilla.
Vaya que recuerdos y que memoria tienes 🥰😘😘
ResponderEliminarTus narraciones son siempre geniales.
ResponderEliminarQue mayores que somos seguro que para otras generaciones todo esto parece ficción.
Gracias por compartir tus creaciones.