Llegan días de felicitaciones.
Nos deseamos lo mejor: cada uno que escoja entre eso tan indeterminado qué es lo que necesita y lo que, a su criterio, le hará más feliz de aquí en adelante.
Los que han padecido enfermedad colocan en la salud lo más preciado; los que han pasado apuros esperan un golpe de suerte o un trabajo que les mejore; los que se sienten solos esperan cariño y compañía; los tristes, alegría; los desilusionados, entusiasmo...
Ciframos el cambio de nuestro destino a unas fechas señaladas en rojo en el calendario o al cambio de año que añade una vuelta más al camino del mundo. Sabemos que no es suficiente, pero nos conforta saber que alguien se ha acordado de nosotros y nos ha deseado lo mejor.
Así, os envío esos deseos a todos los que me habéis querido y acompañado este año, en la confianza de que, deséandolo con fuerza, todo irá a mejor.
Felices Fiestas y Feliz Año Nuevo.
Imagen: retrato en el estudio fotográfico Oliveras. Hace ya...
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