Ir al contenido principal

Nochevieja

¿Cuántas Nocheviejas te vienen a la cabeza? ¿Alguna de la infancia? ¿Una desmadrada de la primera juventud? ¿Aquella en la que velabas los sueños de tus hijos? ¿Quizá la que pasaste en inquieta espera, al lado de un doliente?

Si la pasas en compañía, el bullicio y los brindis y las risas te harán creer que el mundo tiene arreglo y la vida, compostura, y las gentes, apaño.

Si la pasas en soledad, contando las que tuviste y las que quizá te quedan, puede que haya conformidad o desesperación, esperanza o resignación, tristeza o calma.

Cualesquiera que sean tus circunstancias, recuerda que mañana saldrá el sol un poquito antes que hoy; recuerda que quien te quiere a veces está a punto de entrar por la puerta; recuerda que las promesas y los desengaños están hechos de la misma masa; recuerda que la vida es más que un brindis y una pose; recuerda, por encima de todo, entre risas o mirando a través del cristal de la ventana, que las mejores noches no suelen ser las que se escriben en mayúsculas.

Imagen: yo misma.
 

Comentarios

  1. Todo está por hacer y todo es posible. La vida es incierta hasta su fin. Otra casuística: aquí fuimos dos y una perrilla, pero sin bullicio y pocas risas . Por cierto, nos acordamos de tí aunque tarde. Un brindis por todo lo venidero y por lo vivido, Ana.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va...

" Dime, Niño, de quién eres   todo vestido de blanco.  Soy de la Virgen María  y del Espíritu Santo.  Resuenen con alegría  los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena.  La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va.  Y nosotros nos iremos,  y no volveremos más.  Dime Niño de quién eres y si te llamas Jesús.  Soy de amor en el pesebre  y sufrimiento en la Cruz.  Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena". Poníamos boca abajo el cajón en el que nos había llegado la matanza del pueblo y lo arrimábamos a la pared. Colocábamos con chinchetas en la pared un papel azul oscuro con estrellas, una de ellas con cola brillante. Echábamos viruta marrón, viruta verde... Poníamos un río y un laguito con papel de plata. En un esquina, el pesebre con la mula, el buey, San José, la Virgen y el Niño. En ...

Crónica de la excepción. Día 70

Ayer, 20 de mayo, James Stewart hubiera cumplido años. Nuestra infancia y juventud lo tuvo siempre presente.  En una época en la cual solo había una televisión y los barrios estaban llenos de cines de reestreno y programa doble, no era difícil encontrarse con sus gestos dubitativos y su peculiar voz (cosas del doblaje) casi cada semana.  Sus películas se reponían —alguna, como Qué bello es vivir , era un clásico navideño— y nos era tan cercano como los compatriotas que llenaban las novelas de media tarde o los Estudio 1. Pero esta entrada va de una pequeñísima parte de lo acontecido en su vida y que tiene que ver con otro grande del cine norteamericano, Henry Fonda. Ambos eran amigos, en ese grado en el cual la amistad pasa a ser casi un lazo de sangre. Eso, a pesar de las grandes diferencias que había entre ambos. La mayor de todas, quizá, sus tendencias políticas. Fonda era de izquierdas y Stewart, muy conservador. Su vida discurría paralela hasta que,...

Deseos de fin de año

En esta tesitura del fin de año, todos nos tomamos un tiempo para pedir deseos -para nosotros y para aquellos a quienes queremos- y las listas, sorprendentemente, son coincidentes y contienen tres o cuatro cosas en las que nos ponemos de acuerdo, como por arte de magia, después de todo un año de desencuentros públicos o privados. Mis deseos para el dos mil veinticinco son sencillos y se resumen en tener, ni más ni menos, lo que tenía en esa fotografía tomada una soleada mañana en la galería de mi casa de Miguel Romeu. Y que era, a saber: La salud despreocupada de quien tiene un cuerpo que funciona cada día sin mandar señales. La alegría genuina y el entusiasmo ante lo venidero sin el velo sucio que le ponen las consideraciones negativas. La pasión frente a lo que se hace en cada instante, sin rumiar sobre el momento que pasó o sobre el venidero. La certeza de ser querida porque sí, sin condiciones, porque a eso se viene al mundo. La conformidad con los días y sus afanes y la capacidad ...