Ir al contenido principal

Adioses

Dice el Eclesiastés que todo tiene su momento oportuno, que hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.

Y eso mismo nos enseña la vida. Que hay un tiempo para empezar y un tiempo para acabar. Un tiempo para ser feliz y un tiempo para llorar. Un tiempo para vivir y un tiempo para recordar.

Hoy, once de abril, hace seis años que mi padre murió y anteayer vendí su querida cochera. 

Tras esa puerta, en ese patio, en esos corralitos, en esa chimenea pasó, junto a mi madre y toda la familia, momentos inolvidables. Era su orgullo y su alegría; la ilusión de levantarse por la mañana. Tuvo una burra -Guillerma-, gallinas, conejos, cerdos, gatos; hizo la matanza; sembró, recogió; se bañó en su alberca; guardó su quad; mimó su parra; tomó el sol en la puerta en los inviernos crudos y la sombra en el verano ardiente; conversó al calor de la candela; vio pasar los años y despidió a todos los suyos; caminó hacia el cementerio para hablar con mi madre; reunió a sus nietos, que jugaban en ella con la misma ilusión que le puso su abuelo...


Pero un día cerró su puerta por última vez. Echó la tranca del patio por última vez. Apagó los rescoldos por última vez. Desandó el camino hasta su casa por última vez. Sin saberlo, como se hace casi todo por última vez.

Reposa cerca, camino abajo. Pasó por su puerta en el último trayecto. 

La cochera, el abuelo, los seres queridos siempre en nuestro recuerdo. Cerramos la cochera, pero dejamos abierto el corazón a todo lo vivido.

Imágenes:

1. Con mi madre, en el corral de las gallinas, en el verano del 87.

2. Haciendo la matanza en diciembre del 87. Con el tito Antonio y el tito José.

3 y 4. Sus nietos -Germán, Martín e Inés- en la alberca y mirando al Carbonero a través de la valla. Agosto del 2003.
 

Comentarios

  1. Me encanta y entristece mucho. ❤️😭

    ResponderEliminar
  2. Muy bonito. Ahí fue donde mi niño se soltó a andar.

    ResponderEliminar
  3. Que momentos tan dificiles nos hace pasar la vida; pero es que la vida es así y no hay más.
    Ahora solo queda los recuerdos de todo lo vivido con ellos y ánimos para seguir adelante para ir haciendo historia.
    Gracias por este escrito que me ha hecho emocionar,a medida que iba leyendo, creia que hablabas de mi padre, que justo ahora hace un año que nos dejó.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras. Me sale el comentario como anónimo. Problemas de lo informático. ¿Quién eres?

      Eliminar
    2. Soy Rosa Mª Masip, perdona; pero es que no habia puesto el nombre.

      Eliminar
    3. No, Rosa Mª, es que los publica todos como anónimos. No sé el motivo. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va...

" Dime, Niño, de quién eres   todo vestido de blanco.  Soy de la Virgen María  y del Espíritu Santo.  Resuenen con alegría  los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena.  La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va.  Y nosotros nos iremos,  y no volveremos más.  Dime Niño de quién eres y si te llamas Jesús.  Soy de amor en el pesebre  y sufrimiento en la Cruz.  Resuenen con alegría los cánticos de mi tierra  y viva el Niño de Dios  que ha nacido en Nochebuena". Poníamos boca abajo el cajón en el que nos había llegado la matanza del pueblo y lo arrimábamos a la pared. Colocábamos con chinchetas en la pared un papel azul oscuro con estrellas, una de ellas con cola brillante. Echábamos viruta marrón, viruta verde... Poníamos un río y un laguito con papel de plata. En un esquina, el pesebre con la mula, el buey, San José, la Virgen y el Niño. En ...

Crónica de la excepción. Día 70

Ayer, 20 de mayo, James Stewart hubiera cumplido años. Nuestra infancia y juventud lo tuvo siempre presente.  En una época en la cual solo había una televisión y los barrios estaban llenos de cines de reestreno y programa doble, no era difícil encontrarse con sus gestos dubitativos y su peculiar voz (cosas del doblaje) casi cada semana.  Sus películas se reponían —alguna, como Qué bello es vivir , era un clásico navideño— y nos era tan cercano como los compatriotas que llenaban las novelas de media tarde o los Estudio 1. Pero esta entrada va de una pequeñísima parte de lo acontecido en su vida y que tiene que ver con otro grande del cine norteamericano, Henry Fonda. Ambos eran amigos, en ese grado en el cual la amistad pasa a ser casi un lazo de sangre. Eso, a pesar de las grandes diferencias que había entre ambos. La mayor de todas, quizá, sus tendencias políticas. Fonda era de izquierdas y Stewart, muy conservador. Su vida discurría paralela hasta que,...

Volver sin poder volver

Y te haces los kilómetros sabiendo que vuelves sin volver. Porque no se puede volver al abrazo de una abuela, a un cine de verano, a los bancos del paseo donde se cruzan las primeras miradas de deseo, a bañarte en una alberca, a oír los campanillos de los mulos. No se puede volver a las calles empedradas, a las noches en el zaguán, a que manos queridas te monden las pipas, a retreparte en una silla de enea, a la feria con amigas, a la tienda de Silvestre. No se puede volver a llenar un cántaro, a guardar sitio en las pilas, a sentarse en un tranquillo a ver pasar la vida, a que te pregunten de quién eres. No se puede volver a esperar la alsina de Málaga, a ver los carteles del cine de Pavón, a comprar magnesia en un cartuchito, a subir a la carretera a ver cómo anochece. No se puede volver a la Galaxy, a comer pimientos en los Vaqueros, a encargar un jersey en las Arjonas, a aguantar las miradas subiendo frente al Estrecho. No se puede volver a escuchar los chascarrillos de tu abuelo, ...