Las mezquindades cotidianas. Esos pequeños arañazos en el corazón que lo dejan mortalmente herido.
Las traiciones cercanas; las de los que nos importan.
El orgullo, que ensancha las brechas y quema las naves del acercamiento.
Las humillaciones públicas o privadas que menoscaban nuestro amor propio y nos empequeñecen.
Las decepciones que, poco a poco, nos instalan en el cinismo y la tristeza.
La ansiedad ante el futuro y el dolor por el pasado.
La culpabilidad, un sentimiento estéril y paralizante, que nos hace cobardes.
La tristeza por quien no lo merece. Porque no nos deja levantar el corazón.
Las preocupaciones que tienen remedio. Las preocupaciones que no lo tienen.
El esfuerzo por causas perdidas que nos agota y nos desangra.
Los perdones no pedidos.
La rigidez de pensamiento y el desprecio al diferente.
Las esperanzas sin fundamento que te devuelven a los pozos oscuros.
La desolación de la enfermedad y de la muerte. Los terribles trances que en la vida acechan.
Las injusticias contra las personas, contra los animales, contra las ideas, contra los pueblos.
Los tristes, los ingratos, los duros de corazón, los que pisan a los débiles, los que se arrastran ante los fuertes, los mentirosos, los dañinos, los difamadores, los crueles, los tóxicos, los difíciles, los que no se conmueven, los corruptos...
Si yo tuviera una escoba...
Imagen: cazamitos.com
Las traiciones cercanas; las de los que nos importan.
El orgullo, que ensancha las brechas y quema las naves del acercamiento.
Las humillaciones públicas o privadas que menoscaban nuestro amor propio y nos empequeñecen.
Las decepciones que, poco a poco, nos instalan en el cinismo y la tristeza.
La ansiedad ante el futuro y el dolor por el pasado.
La culpabilidad, un sentimiento estéril y paralizante, que nos hace cobardes.
La tristeza por quien no lo merece. Porque no nos deja levantar el corazón.
Las preocupaciones que tienen remedio. Las preocupaciones que no lo tienen.
El esfuerzo por causas perdidas que nos agota y nos desangra.
Los perdones no pedidos.
La rigidez de pensamiento y el desprecio al diferente.
Las esperanzas sin fundamento que te devuelven a los pozos oscuros.
La desolación de la enfermedad y de la muerte. Los terribles trances que en la vida acechan.
Las injusticias contra las personas, contra los animales, contra las ideas, contra los pueblos.
Los tristes, los ingratos, los duros de corazón, los que pisan a los débiles, los que se arrastran ante los fuertes, los mentirosos, los dañinos, los difamadores, los crueles, los tóxicos, los difíciles, los que no se conmueven, los corruptos...
Si yo tuviera una escoba...
Imagen: cazamitos.com
...cuántas cosas limpiarías y cambiarías ¿no?
ResponderEliminarLimpieza general.
EliminarY después de pasar el mocho miraremos a los mezquinos por encima del hombro, porque ellos son pequeños; apartaremos a un lado a los traidores porque ya lo decía Calderón “El traidor no es menester siendo la traición pasada”; nos sentiremos orgullosos de nuestras pequeñas o grandes tareas bien hechas; pondremos a nuestro lado personas alegres con las que viviremos lo bueno del presente; buscaremos soluciones a los problemas con la esperanza de que mejoren y seguiremos indignándonos ante las injusticias.
ResponderEliminarMontse
Sí. Eso. Limpieza general y tirar hacia adelante.
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